viernes, 7 de mayo de 2010

Volcánica: Círculo de angustia XIV (1948)


¿Quién del volcán conoce la tortura?
Sola yo que, volcando mi amargura,
soy el símbolo humano del volcán.

En impetuoso ardor vuela mi afán
y mi lava se esparce por la tierra;
quema los montes, por los campos yerra,
se acerca al mar, petrifica ríos,
y no logran sus trágicos desvíos
arrancar las raíces del volcán.

Por el contrario, en su interior están
eternamente renovando llamas,
que se retuercen cual ardientes ramas,
multiplicando el laberinto inmenso,
sin hallar un lugar bastante extenso,
donde el fuego, volcado y contenido,
quede por un instante adormecido.

¿Quién del volcán conoce la tortura?
Sola yo que soy él y su amargura.


El fragmento más poderoso del poema, una mujer fuerte que destruye cuando amarga, que quema a su paso, que explota al no poder contener sus sentimientos al interior…

Una mujer agresiva, destructiva, poderosa y fuerte a ojos externos… una mujer que por dentro está conteniendo sus sentimientos y la están destruyendo, no encuentra alivio y por ello destruye…

Una mujer… una mujer entera, una mujer compleja que sólo ella logra comprender, una mujer como Pita, una mujer como yo…

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