viernes, 7 de mayo de 2010

Final: Círculo de angustia XV (1948)

Estos pies que, por tanto caminar,
se han herido sin dar con el sendero,
y estas manos cansadas de implorar
al cielo que les muestre lo certero,
y mis ojos que, secos de llorar,
no han hallado el camino verdadero,
se reúnen un día a conversar

y los sangrientos pies hablan primero:

–Venimos fatigados, de muy lejos,
ya todos los caminos recorrimos;
de la verdad no hallamos ni reflejos;
sólo heridas y lodo recogimos;
estamos extenuados y deshechos.

Y las manos alegan sus derechos:

–Qué diremos nosotras que, ambiciosas,
creímos alcanzar el cielo orando,
y después, más paganas que piadosas,
a la sombra nos fuimos entregando...?
¡Más solo retuvimos amargura!

Y los ojos expresan su tortura:

–Del mirar conocemos el martirio
en la luz y en la sombra hemos cegado,
y, cerrados o abiertos, el delirio
de ver lo que no existe hemos pasado.
¡Sólo somos pupilas de tormento!


Con este fragmento concluye el poema, engloba los diversos contrastes planteados en la obra, sin embargo, no llega a nada: el yo poético sigue igual de perdido que cuándo inicia, ahora más frustrado por haber intentado por diversos medios elevarse y alcanzar la felicidad completa sin lograrlo.

Alude a los ojos, a las manos y a los pies… los ojos que en luz o tinieblas ven lo que anhelan y no lo que es, las manos que suplicando se volvieron un imán de amargura y los pies que buscaron errantes la salida…

La línea final es perfecta “¡pupilas de tormento!”, pupilas que muestran lo que se desea y no lo que es generando una frustración inmensa…

Un yo poético siempre inconforme con su realidad y anhelando otras, un yo poético que experimentó en sí una gama de sensaciones: insignificancia, ira, frustración, desconsuelo, desesperación, euforia…

Un poema que describe la perpetua insatisfacción humana y la crueldad de la vida, un poema que enseña que cada quien es arquitecto de su propia existencia y de la forma que la sobrelleva, un poema que nos hace ver que todos somos tan humanos como los demás… que aunque desconsolados, nunca seremos los únicos en esa circunstancia, un poema más femenino que masculino, un poema de Pita Amor…

Volcánica: Círculo de angustia XIV (1948)


¿Quién del volcán conoce la tortura?
Sola yo que, volcando mi amargura,
soy el símbolo humano del volcán.

En impetuoso ardor vuela mi afán
y mi lava se esparce por la tierra;
quema los montes, por los campos yerra,
se acerca al mar, petrifica ríos,
y no logran sus trágicos desvíos
arrancar las raíces del volcán.

Por el contrario, en su interior están
eternamente renovando llamas,
que se retuercen cual ardientes ramas,
multiplicando el laberinto inmenso,
sin hallar un lugar bastante extenso,
donde el fuego, volcado y contenido,
quede por un instante adormecido.

¿Quién del volcán conoce la tortura?
Sola yo que soy él y su amargura.


El fragmento más poderoso del poema, una mujer fuerte que destruye cuando amarga, que quema a su paso, que explota al no poder contener sus sentimientos al interior…

Una mujer agresiva, destructiva, poderosa y fuerte a ojos externos… una mujer que por dentro está conteniendo sus sentimientos y la están destruyendo, no encuentra alivio y por ello destruye…

Una mujer… una mujer entera, una mujer compleja que sólo ella logra comprender, una mujer como Pita, una mujer como yo…

Círculo de angustia IX, X, XI, XII, XIII (1948)

IX

Yo nací al nivel del suelo,
pero me estaba elevando.
Mi ser se fue sublimando
y quiso inventar el cielo.
Mas tuve angustioso duelo
cuando supe que, subiendo,
al paso que iba ascendiendo,
un triste hueco dejaba,
y un presagio amenazaba:
¡no subo... me estoy hundiendo!

X

Mi cuerpo, andando el camino,
muy poco lugar recorre.
En cambio mi alma no corre
y traspasa su destino.
Proceden los dos sin tino:
el uno vuela, y no llega;
inmóvil la otra navega
por regiones que no existen;
más en su esencia persisten,
y al universo se entrega.

XI

En la cúspide más alta
o en el abismo profundo,
en cualquier plano del mundo,
la paz en mi mente falta.
Y es que mi esencia se exalta
a cada golpe de vida:
tiene un ansia desmedida,
quiere encontrar saciedad;
mas duda que sea verdad
esa paz preconcebida.

XII

Toda la inquietud del mundo
vino a juntarse en mi ser,
y así comenzó a crecer
este abismo en que me hundo.
Por eso tal vez confundo
toda luz con la negrura;

y una obsesión me tortura,
teniéndome aprisionada,
¿he nacido para nada,
o para alcanzar altura?

XIII

En mí siempre el mismo tema:
el de la angustia redonda,
y es que mi razón ahonda
el centro de mi sistema.
Vivo un eterno problema:
a mi ser lo veo perdido,
¿con qué fin habrá nacido,
si tan sólo es una sombra
a la que el vivir asombra
sin encontrarle sentido?


Estos fragmentos juegan un contraste con la altura y el abismo, con avanzar y retroceder…

Reflejan la vida: esos momentos de ascenso que en cuestión de segundos se ven reducidos a escombros, un crecimiento disparejo en el que cuerpo, mente y alma no van al mismo ritmo, la inquietud perpetua de algunos humanos, la desesperación que se siente al no poder salir de alguna pena, la sensación tras una caída de jamás encontrar la felicidad de nuevo, la creencia de que nuestra existencia ha sido inútil…

Retrata un yo poético frustrado y triste, un yo poético que está inmerso en la inercia de la vida y que tiene que seguir avanzando aun cuando caiga o cuando avance lastimado… una visión cruel y sin embargo certera…

La sangre: Círculo de angustia V, VI, VII, VIII (1948)

V

Mi sangre me pide venas
para poder esparcirse,
que ya merece sentirse
libre de tantas cadenas.
Y es porque en ella mis penas
su origen han encontrado;
por eso la han desbordado,
y el cuerpo ya no retiene
el torrente que contiene
dolor con sangre mezclado.

VI

Mi sangre es lo que me quema;
vidas ha la llevo adentro;
en mí coaguló su centro:
yo soy su sangriento tema.
Es en mí su fuerza extrema;
antes de nacer, me hizo;
y nací bajo su hechizo;
viviendo me he desangrado...
Todo en el mundo he probado,
y mi sangre me deshizo.

VII

La inquietud no me rodea;
adentro de mí la llevo;
cada instante la renuevo
y es mi sangre quien la crea.
Mas aunque mi esencia sea,
ella es mi peor enemiga:
es la lumbre que me obliga
a estar alerta durmiendo,
y, muerta, a seguir viviendo
dolor que nada mitiga.

VIII

Mi sangre entraña misterio:
de eternidad fue formada,
y aunque hoy esté aprisionada
en venas de cautiverio,
eterno será su imperio,
pues la inquietud no termina.
La sangre siempre domina,
que antes de estar en mi ser,
ya fuego debió de ser
esta sangre que me anima


La sangre es la protagonista de estos fragmentos, es un flujo de emociones, un flujo tan fuerte que inquieta. La sangre es vida y es la vida la que nos permite sentir, sentir cosas felices, tristes, dolorosas…

Sin vida no habría inquietud, sin vida no habría dolor, sin sangre no habría vida…

La sangre impulsa, la sangre quema...

Pita Amor hace un paralelismo entre la vida y el sufrimiento, un reclamo a la sangre por mantenerla con vida aun cuando siente que se le sale y que eso la está destrozando…

Círculo de angustia IV (1948)

Noche sin despertar en que me hundiera
un tenebroso sueño que, obstinado,
a mi triste dormir ha sentenciado
humeante gris que terminar espera.

Sin calor ni matiz, mi pobre esfera
a la esfera del mundo ha contemplado;
su eterna pequeñez ha equilibrado
al presentir la inmensidad de afuera.

Padece mi alma en redondez terrible:
tiene lo suyo y además, lo adverso.
Lo mínimo a lo grande hace accesible.

En resignada claridad inmerso,
mi espíritu reunió lo incompatible:
Mi nada... y el total del universo.


Estos versos remiten a las curvas, a lo redondo y a la continuidad. Aquí el contraste está de nuevo presente, pero en este caso es entre lo inmenso y lo insignificante.

La primera estrofa trata del mundo onírico y de la forma en la que éste impacta la vida de las personas como escape o resaltador de emociones. En este caso es un sueño tenebroso, un sueño que sentencia el triste dormir, un dormir que remite a la depresión y desmotivación. Esta desmotivación tiene continuidad a lo largo de las demás estrofas en las que el yo poético se mimetiza con una esfera sin calor ni color (matiz), una esfera insignificante comparada con la inmensidad de la esfera terrestre.

La esfera insignificante, según la voz poética, es un cúmulo de lo que es y lo adverso que tiene, remitiendo a la naturaleza misma de la existencia humana: cosas buenas, cosas adversas y cosas que simplemente son.

Finalmente habla de la simbiosis entre lo pequeño y lo grande, que aunque según el yo poético insignificante, el todo está hecho de muchos “nadas” que en realidad son individuos. Y qué manera tan magistral de terminar, concientizando su insignificancia y contrastándola con el universo…

Círculo de angustia I, II y III (1948)

I

Una obscura sombra alada
al nacer, nació conmigo;
era un fantasma enemigo
que al misterio me ligaba.
Tanto a mi alma atormentaba
que la llevó a la locura.
Vi el infierno y su tortura
toqué el fondo del abismo,
mas conocí el espejismo
de gozarme en la amargura.

II

A tientas ando el camino,
y por ello me acongojo,
pues a lo oscuro me arrojo
sin encontrar mi destino.
Y del negro torbellino
el turbio enigma no entiendo,
¿es que ciega estoy viviendo?
¿o es que la luz no ha existido?
Será mejor que el olvido
me enseñe a vivir no viendo.

III

De la negrura más honda
ya mi alma se está formando.
La luz se va proyectando
en la tiniebla que ronda.
Oscuridad tan redonda
ha de llegar a moverse.
Las sombras al extenderse
fulgor transparentarán,
y con su gris humo harán
mi noche desvanecerse.


En estos versos Pita Amor juega con la dualidad luz y oscuridad. Despiden una fuerte carga sentimental que no obstante deja entrever el arrojo de la poetiza al enfrentar y aprender a vivir con su oscuridad, a incluso seguir caminando pese a lo oscuro del sendero que conoce de antemano, a gozarse en la amargura, a aprender a vivir con sus carencias…

Palabras poderosas para aquellos lectores cuya vida se ve rodeada de oscuridad al momento de leerla. Retrata la imposibilidad de vivir en la eterna contemplación esperando que las cosas mejoren, por ello hemos de entregarnos al ciclo: actuar, caer al abismo y esforzarnos por renacer de las cenizas. Dicho ciclo es lo que cada fragmento trata: el primero habla de la oscuridad siempre acechando, enloqueciendo y derribando; el segundo del ímpetu por avanzar en la oscuridad pese a la completa incertidumbre y el tercero de un rayo de luz que aunque no es completamente revitalizante poco a poco irá dispersando las tinieblas.

Con ellos leemos a una Pita Amor tan humana como cualquiera de nosotros...

El desnudo que causó revuelo

Pita Amor por sus circunstancias familiares tuvo la oportunidad de codearse y vincularse con los intelectuales mexicanos de su tiempo. Nombres como Ocativo Paz, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska y otros más figuraban en su lista de amistades.

El comportamiento de esta clase “intelectual” no resulta un misterio para los mexicanos. El proceder de esta élite social ha sido retratada en la literatura, la televisión, el cine y otras manifestaciones artísticas e incluso se vuelve protagonista en el cuento “La cocinera” (1940) de Julio Torri. Dicho cuento evoca una reunión de estas personas, sin embargo, por la naturaleza ficticia del cuento y por su año de publicación no hace referencia concreta a ninguno de los personajes mencionados, pero lo que sí, es que describe una de las fastuosas reuniones que tenían en las que novelistas, poetas, políticos, embajadores y demás intercambiaban discusiones de temas tanto relevantes como amistosos.

De estas interacciones los artistas se vinculaban entre sí, ya fuera inspirándose en el estilo de escritura de otro, buscando entre ellos un “estilo mexicano” o sencillamente manifestando la presencia de alguno otro dentro de su obra o dedicándosela. Pita Amor como actriz y poetiza no fue la excepción, además de que por su belleza fácilmente podía ser utilizada fácilmente como musa, característica que aprovechó Diego Rivera en varias ocasiones.

El cuadro en el que aparece desnuda y en el que predominan los tonos amarillentos y ocre data de 1952 o 1953 (se desconoce la fecha precisa). Esta obra no es la única que Diego Rivera pintó de Pita Amor pero sí es el único desnudo. Dicha pintura estuvo ilocalizable hasta 2007 aunque se conocía su existencia, sin embargo salió a la luz para la exposición del 50 aniversario luctuoso de Diego (Diego Rivera. Gran Ilustrador) exhibida en el Munal. Esta pintura no había sido expuesta por el rol de Pita Amor como figura y musa nacional que los curadores creyeron causaría conmoción, sin embargo en la exposición de 2007 era uno de sus principales atractivos, el cual nos sirve como ícono y demostración de la ferviente libertad con nuestra poetiza encauzaba su vida.

No existe en línea una imagen de dicha pintura, pero conociendo la maestría de Diego y la belleza de Pita, es fácil hacernos una idea sobre la misma...


Referencia:

http://www.eluniversal.com.mx/notas/464515.html

jueves, 6 de mayo de 2010

Obra de Pita Amor

Para quien guste conocer más a fondo la vida y obra de Pita Amor, adjunto los vínculos a su poesía y a algunos artículos sobre ella.

Poemas:

Las Olas del Mar y los Cielos

Entrevista a Pita Amor


Yo soy mi propia casa

I

Casa redonda tenía
de redonda soledad:
el aire que la invadía
era redonda armonía
de irrespirable ansiedad.

Las mañanas eran noches,
las noches desvanecidas,
las penas muy bien logradas,
las dichas muy mal vividas.




Y de ese ambiente redondo,
redondo por negativo,
mi corazón salió herido
y mi conciencia turbada.
Un recuerdo mantenido:
redonda, redonda nada.

II

Escaleras sin peldaños
mis penas son para mí,
cadenas de desengaños,
tributos que al mundo dí.

Tienen diferente forma
y diferente matiz,
pero unidas por los años,
mis penas, o mis engaños,
como sucesión de daños,
son escaleras en mí.

III

De mi esférica idea de las cosas,
parten mis inquietudes y mis males,
pues geométricamente, pienso iguales
lo grande y lo pequeño, porque siendo,
son de igual importancia; que existiendo,
sus tamaños no tienen proporciones,
pues no se miden por sus dimensiones
y sólo cuentan, porque son totales,
aunque esféricamente desiguales.

IV

Me estoy volcando hacia fuera
y ahogándome estoy por dentro.
El mundo es sólo una esfera,
y es al mundo al que pidiera
totalidad, que no encuentro.

Totalidad que debiera
yo, en mí misma, realizar,
a fuerza de eliminar
tanta pasión lastimera;
de modo que se extinguiera
mi creciente vanidady de este modo pudiera
dar a mi alma saciedad.

V

De mi barroco cerebro,
el alma destila intacta;
en cambio mi cuerpo pacta
venganzas contra los dos.

Todo mi sér en pos
de un final que no realiza;
mas ya mi alma se desliza
y a los dos ya los libera,
presintiéndoles ribera
de total penetración

VI

Yo soy cóncava y convexa;
dos medios mundos a un tiempo:
el turbio que muestro afuera,
y el mío que llevo dentro.
Son mis dos curvas-mitades
tan auténticas en mí,
que a honduras y liviandades
toda mi esencia les dí.

Y en forma tal conviví
con negro y blanco extremosos,
que a un mismo tiempo aprendí
infierno y cielo tortuosos.

Pita Amor


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Análisis:

“Casa redonda” es uno de los poemas mas emblemáticos de Pita Amor. En este poema el yo lírico de Pita Amor, realiza un recuento de toda su vida. Recita lo que ella fue, lo que pudo llegar a ser, sus etapas de madurez y aquellas frustraciones de metas no alcanzadas. El término de “Casa Redonda” es una alegoría a su vida. Dichas mal vividas, sentimientos heridos, soledad a causa de su déspota y vil actitud, así como una ligera aproximación al arrepentimiento de no mirar al mundo de forma distinta. Amor juega con la aseveración de un Mundo esférico al que no se le pueden encontrar límites y lo yuxtapone con su persona, dado que Pita jamás miró hacia abajo, o a quienes la necesitaban, no le importaban los demás. Guadalupe Amor es ella y solamente ella, nadie más. El yo lírico utilizado por Amor también ilustra de un modo muy sutil lo inútil de su vanidad endeble ante las adversidades. El poema tiene una carga de aserciones muy concretas e inteligentes, no obstante, tiene una carga melancólica inmensa. En “Casa Redonda” Guadalupe Amor busca saciarse de sentimientos buenos y sinceros, no de frivolidades y cosas materiales. En pocas palabras, este poema describe un estado de análisis interno, como un examen de conciencia, cargado de arrepentimiento por llevar una vida tan desequilibrada y el miedo a los retos que deberá afrontar sola. El envejecimiento corporal, es para Amor un estado que disminuye la contemplación de la pureza de si alma y la infinita riqueza de su cerebro. Sin duda un poema de reflexión para cualquier lector.

E. Mondragón

Pita Amor, Dueña del Universo

Soy Dueña del Universo


Soy dueña de las montañas,
de los astros, y los soles,
de mapas y mirasoles
dueña soy de mis pestañas
de mis lúcidas hazañas,
del fuego de mil crisoles
de ruedos con toros y oles
Y del viento de las cañas,
soy dueña del firmamento
porque lo miro en aumento,
soy dueña de los espejos
porque plasmo sus reflejos,
soy dueña del universo
porque lo invento en mi verso.



Pita Amor

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En la colección de poemas de Pita Amor, no puede faltar este. “Soy Dueña del Universo” es de los poemas mas breves y mas emblemáticos de Amor. Al contrario que “Letanía de mis defectos” este poema ilustra las cualidades y los alcances de la personalidad vorágine y un cerebro muy ocurrente y acertado. El yo lírico en el poema, elogia su propio ser. Pita Amor usa figuras retóricas como las hipérboles que exacerban su talento poético. Éste poema eleva el espíritu de Pita y hace reflexionar al lector sobre el altísimo grado de narcisismo y autoestima de Guadalupe Amor, la mexicana.

E. Mondragon

Polvo III

Viejas raíces empolvadas

Son mis viejas raíces empolvadas
la extraña clave de mi cautiverio;
atada estoy al polvo y su misterio,
llevo ajenas esencias ignoradas.

En mis poros están ya señaladas
las cicatrices de un eterno imperio;
el polvo en mí ha marcado su cauterio,
soy víctima de culpas olvidadas.

En polvorienta forma me presiento
y a las nuevas raíces sobresalto
he de legar, con mi angustioso aliento.

Mas conquistando el aire por asalto,
nada tengo que ver con lo que siento,
soy cómplice infeliz de algo más alto.

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En este tercer poema que forma parte del mismo libro ("Polvo", 1949), la autora insiste en manejar imágenes que remitan al cautiverio, el estancamiento, la lucha por romper ataduras y encontrar la libertad. Estos versos muestran el huracán interno del yo lírico, horrorizado ante un tangible estancamiento pero también fascinado por la impermanencia del cuerpo opuesta a la eternidad del espíritu: "En mis poros están ya señaladas / las cicatrices de un eterno imperio; / el polvo en mí ha marcado su cauterio, / soy víctima de culpas olvidadas".

Amor separa a su yo lírico en dos entidades distintas: una máscara (el cuerpo, la materia) que sirve como conducto y como prisión a su verdadero yo - el alma (esencia, inmaterial) de una mujer rebelde, explosiva. Claramente, estos versos invocan un dolor terrible ante el reconocimiento de su propia impotencia para ser quien quisiera ser. El yo lírico se tortura a sí misma con estas plegarias al destino y al plan superior por obligarle a permanecer enjaulada.

Polvo II

Por qué me desprendí

¿Por qué me desprendí de la corriente
misteriosa y eterna en la que estaba
fundida, para ser siempre la esclava
de este cuerpo tenaz e independiente?

¿Por qué me convertí en un ser viviente
que soporta una sangre que es de lava
y la angustiosa oscuridad excava
sabiendo que su audacia es impotente?

¡Cuántas veces pensando en mi materia
consideréme absurda y sin sentido,
farsa de soledad y de miseria,

ridícula criatura del olvido,
máscara sin valor de inútil feria
y eco que no proviene de sonido!

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Encuentro un punto de unión entre este poema y "Adentro de mi vaga superficie": la desesperación del yo lírico por separar esencia de materia. En este caso, sin embargo, los versos enfatizan las cualidades del cuerpo: "tenaz e independiente", "sangre de lava", "su audacia es impotente", "absurda y sin sentido, farsa de soledad y de miseria", "máscara sin valor".

Tales expresiones del yo lírico siguen contrastando con la aparente fuerza, seguridad y soberbia de la autora. Pita Amor fue conocida por sus escándalos, por su carácter enérgico y caprichoso, por su extroversión sin límites y su desprecio por las convenciones sociales, morales, etcétera. Sólo respetó las convenciones literarias, y eso como mero soporte para su poesía. Uno lee estos poemas y se encuentra, efectivamente, con un carácter fuerte, un alma recia, pero comparada con la imagen mental que se hace uno de Pita Amor, el yo lírico en estos versos es de una inseguridad tremenda, de un renegar de su propia vida, de su propio ser y estar, es de una inconformidad interna que intenta salir a gritar.

Polvo I

Adentro de mi vaga superficie

Adentro de mi vaga superficie
se revuelve un constante movimiento;
es el polvo que todo lo renueva,
destruyendo.

Adentro de la piel que me protege
y de la carne a la que estoy nutriendo,
hay una voz interna que me nombra;
Polvo tenso.

Sé bien que no he escogido la materia
de este cuerpo tenaz, pero indefenso,
arrastro una cadena de cenizas:
polvo eterno.

Tal como yo han pasado las edades,
soportando la lucha de lo interno,
el polvo va tomando sus entrañas
de alimento...

¡Humanidad, del polvo experimento!

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Este poema, a mi entender, contrasta fuertemente con la personalidad extrovertida y osada de Pita. Los versos expresan una reflexión profunda acerca de la dualidad dentro de sí misma, de una separación entre su cuerpo y su alma. En este poema, Amor evoca una lucha interna, un alma irresoluta, una esencia que es al mismo tiempo creadora y destructora (el polvo que todo lo renueva, destruyendo). El yo lírico intenta explicar su propia esencia, diferente de la materia de su carne, mientras el yo interno de ese yo lírico no cesa en sus intentos por romper la jaula y volar libre, aunque se sepa apenas una minúscula prueba en un devastador y enorme universo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

¿Quién fue Pita Amor?


Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein, mejor conocida cómo Pita Amor, nació en la Ciudad de México el 30 de Mayo de 1918, hija de los aristócratas Emmanuel Amor Subervielle y Carolina Schmidtlein García Teruel. Dueños de una Hacienda en Morelos, los padres Pita sufrieron la quiebra económica gracias a las secuelas de la Revolución Mexicana. La Familia de Pita Amor incluso tuvo que empeñar muchos tesoros en El Monte de Piedad.

Pita Amor fue la menor de siete hermanos, sus padres no tenían control alguno sobre ella, siempre estuvo rodeada de lujos, aunque la ruina de sus padres la convirtieran en una joven desdeñosa, déspota y solitaria. Puede decirse que era un “espíritu libre” Pita soñaba con independizarse y vivir para si misma, sin ataduras, sin opresiones, sólo ella y su voluntad.

Fue una joven excéntrica y estrafalaria, utilizaba la ropa y las joyas más escandalosas para su época, incluso se llegó a decir que no utilizaba ropa interior ni medias y que corría desnuda por el Paseo de la Reforma, cubierta sólo por su abrigo de mink. Ella misma hacia llamarse la “Reina de la Noche”. No obstante, su extravagancia la compensaba con su belleza física. Logró ser actriz y fuente de inspiración para artistas de renombre como Diego Rivera para quién posó desnuda.

Pita logró emanciparse de su familia antes de cumplir 18 años y comenzar una singular vida sola. Pita, como miembro de la aristocracia mexicana se rodeaba de los personajes más emblemáticos de la literatura nacional en reuniones, de las que fue anfitriona muchas veces. Entre sus amigos estaban Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan José Arreola, Pina Pellicer, José Revueltas, Elena Poniatowska, y Javier Villaurrutia por mencionar algunos.

Pita siempre ostentó una fuerte personalidad artística. Amaba cantar en voz alta, expresar todos sus pensamientos sin censura y tuvo un incomparable talento para recitar versos acerca de la vida, la muerte, la soledad, los seres divinos y el mundo onírico. Luego de escándalos amorosos con hombres mayores, Pita decide incursionar en la poesía.

La poesía de Pita es caracterizada por tratarse de su vida personal, sus sentimientos y expresiones. Igualmente sus poemas están elaborados en primera persona y tienen un acento personal de ser muy halagadores con ella misma. Si existe algo que caracteriza a Pita Amor es su egocentrismo pertinaz y sus aires de diva excepcional. Sus influencias poéticas principales fueron Góngora, Miguel Ángel de Quevedo y su favorita, Sor Juana Inés de la Cruz.


Entre sus publicadas de encuentran:
Yo soy mi casa (1946)
Puerta obstinada (1947)
Círculo de angustia (1948)
Poesía (1948)
Polvo (1949)
Décimas a Dios (1953)
Sirviéndole a Dios, de hoguera (1958)
Todos los siglos del mundo (1959)
Galería de Títeres (1959)
Soy dueña del universo (1984)
El Zoológico de Pita Amor (1975)

¿Quién era Pita Amor?

Nació en 1918 y murió en el año 2000. Podemos decir que era [es] mexicana, que en su juventud fue una mujer hermosa, que fue actriz, que fue escandalosa y polémica, que la llamaron caprichosa y narcisista, que ni su familia podía controlarla.

En 1953, su hermana Inés Amor dijo de ella:

"Dentro del universo, Pita es como un astro. Desconozco el sol en cuya órbita gira, pero puedo decir que tiene una vida propia y peculiar, aunque en algunos aspectos sus fuerzas elementales se parecen a las de nuestro planeta: vientos huracanados, fuego intenso, tempestades y polvo. De vez en cuando (y ojalá sea más y más frecuente) tranquila belleza. Para descubrir a Pita haría falta el valor temerario de un piloto interplanetario o la sabia paciencia de un astrónomo."
(Amor en Poniatowska, 2000, web)

Sobre sí misma, alguna vez se expresó Pita Amor:

"'Yo soy un ser desconcertado y desconcertante; estoy llena de vanidad, de amor a mí misma, y de estériles e ingenuas ambiciones. He vivido mucho, pero he cavilado más; y después de tomar mil posturas distintas, he llegado a la conclusión de que mi inquietud máxima es Dios."
(Amor en Poniatowka, 2000, web)

Soberbia, antipática, altanera, desvergonzada. Tuvo muchas aventuras y dicen que ningún amor, excepto el suyo por sí misma. Tan egocéntrica fue que los únicos momentos de su vida pública en los que expresó preocupación o interés por alguien cercano fue con la muerte de su hijo y de su madre. (Poniatowska, 2000, web).

O tal vez sólo fue libre. Una mujer hermosa con ganas de volar y de ser ella por sí misma, sin ataduras de ningún tipo: ni familiares ni amorosas ni físicas, nada que la separara de su propia voluntad.


Referencias:

Poniatowska, E., (10-05-2000). "Pita Amor en los brazos de Dios". [Electrónico]. La Jornada. Recuperado el 3 de mayo de 2010 de: http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/biblioteca/literatura/special/pita_amor/pita_poniatowska.html

Poniatowska, E., (11-05-2000). "Pita Amor, satanizada". [Electrónico]. La Jornada. Recuperado el 3 de mayo de 2010 de: http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/biblioteca/literatura/special/pita_amor/pita_poniatowska.html

Poniatowska, E., (11-05-2000). "Los crímenes de Pita Amor". [Electrónico]. La Jornada. Recuperado el 3 de mayo de 2010 de: http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/biblioteca/literatura/special/pita_amor/pita_poniatowska.html

Guadalupe Amor (Pita Amor) Poetisa Mexicana


"Sólo contemplar la nada; mi rostro joven y viejo."
"Que todo morirá cuando yo muera...
¡ Imposible pensar de otra manera!"
Pita Amor

martes, 27 de abril de 2010

Letanía de los defectos colectivos...

Letanía de mis defectos

Soy vanidosa, déspota, blasfema;
soberbia, altiva, ingrata, desdeñosa;
pero conservo aún la tez de rosa.
La lumbre del infierno a mi me quema.

Es de cristal cortado mi sistema.
Soy ególatra, fría tumultuosa.
Me quiebro como frágil mariposa.
Yo misma he construido mi anatema.

Soy perversa, malvada, vengativa.
Es prestada mi sangre y fugitiva.
Mis pensamientos son muy taciturnos.

Mis sueños de pecado son nocturnos.
Soy histérica, loca, desquiciada;

pero a la eternidad ya sentenciada.

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¿Quién como Pita Amor puede encontrar en el espejo tantos fastuosos defectos? ¿Quién, hacer de sus debilidades sus fortalezas más grandes? ¿Quién puede, como ella, transformar su horror en fascinación? ¿Quién tiene esa fuerza para arrancarse el corazón y diseccionarlo sobre una mesa por el puro placer de hacer algo espectacular?

Entrevistas, artículos, crónicas sobre ella... personalmente la detesto. Pero la leo y no puedo evitar sentirla cerca.


Iniciamos así este blog sobre la poetisa mexicana Pita Amor.